miércoles, 27 de diciembre de 2006

Sobre mis ídolos.

Son dos: Graham Chapman y mi ordenador. Uno está muerto (que en paz sea descansado) y el otro está a punto de estarlo.

Todos los ordenadores que tengan más de 1,5GB de RAM y que tengan más de dos años son mis verdaderos ídolos. Tiene que ser cansado ser ordenador. Pónganse ustedes en el pellejo de un ordenador cada día de vuestra aburrida vida durante dos años, a la segunda semana ya estarán por echar el cierre.

Pero más aburrido debe de ser ser un hueso de dinosaurio expuesto en un Museo Nacional, acechado de miradas incisivas de grandes empresarios de galletas envasadas al vacío que van al Museo para impresionar a sus mujeres sobre lo poco que saben sobre nada. Y lo bonito es que después de la visita al Museo, las mujeres recompensan a sus maridos empresarios de galletas envasadas al vacío con un paquete extra de galletas envasadas al vacío. El vacío del envase es tan vacío como el vacío de sus cabezas vacías.

Yo, personalmente, si pudiera elegir, quisiera ser un armadillo. Y sabéis por qué? Porque se vuelven redondos, como galletas redondas envasadas al vacío. Y qué os parece si abro una empresa de armadillos envasados al vacío? Se podrían conservar mucho tiempo, tanto que hasta sobrevivirían a la siguiente guerra mundial.

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