jueves, 28 de diciembre de 2006

Sobre mi entorno. (y debajo de él)

Sobre mi entorno hay unas nubes negras con cara de mala leche, alimentadas por una borrasca Atlántica que se ha estacionado en la zona. Debajo de él hay tierra marrón, alguna piedra, algunas ruinas de una época pasada, y si me apuras, eventualmente está habitada por topos.

Los topos son especialistas en hacer túneles subterráneos larguísimos, con inmensas galerías donde guardan sus vituallas y sus fotografías de topos hembra en pelotas. Allí se las comen (las vituallas, no las fotografías de topos hembra en pelotas) y cuentan chistes malos hasta el amanecer. Cuando el amanecer es llegado, continúan excavando una inmensa galería subterránea. Y no se cansan nunca, y acaban sus túneles en un plazo razonable de tiempo, no como las obras del AVE.

Transpórtense ustedes a Inglaterra, el país de la meticulosidad inmaculada, del caballerismo y de la obesidad infantil. Imagínense ustedes un inglés gordo, vestido con corbata, sombrero de copa, vara en la mano y varios millones de libras esterlinas en el bolsillo. Ahora imagínense el perfil de las señoras que estarían interesadas en contraer matrimonio con dicho señor. A mi me salen... 3 tipos de mujeres. Una mujer pobre, pero atractiva (que ya es difícil que se de dicho caso en Inglaterra), una mujer rica, pero avariciosa, y una mujer inteligente, pero fea.

La primera se casaría, ovbiamente, por dinero. La segunda, ovbiamente, también, y la tercera, ovbiamente, también.

Conclusión: Las mujeres no aman, las mujeres roban, aprovechándose de que los hombres aman, o en el peor de los casos se ponen calientes en ver un par de pechos. Ellas prefieren vivir una mentira toda su vida, pero con dinero, que vivir una verdad toda su vida debajo del puente.

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