viernes, 12 de enero de 2007

Sobre la mierda

Que gusto da cuando tiras de la cadena... después de dejar un inmenso regalo y el papel higiénico correspondiente. Pues en la vida pasa lo mismo. De vez en cuando tienes que tirar de la cadena, para hacer desaparecer los viejos recuerdos y sentimientos que te turban y te molestan, y hasta no te dejan dormir.

Y esto se tiene que hacer, sobretodo, después de un monumental desengaño amoroso. Llevas la hostia de tiempo trabajándote a una mujer para que al último momento te ignore completamente y se vaya con otro. ¿Tanto trabajo para esto? Has estado trabajando fuerte y duro, ¿y todo para qué? Para llevarte una decepción. Conclusión, no trabajeis fuerte y duro, sobretodo en cuanto a mujeres ser refiere. Hago un llamamiento a dejar las mujeres en paz, son demasiado complicadas para nuestro sencillo cerebro. Y si alguien siente deseos sexuales, que se joda y se vaya a Internet. Al final lo que consegurán las mujeres con sus retorcidos pensamientos y cambios de personalidad repentina es esto, un entorno donde hombres de a pie normales y corrientes no puedan acceder a mujeres de a pie porque ya no hay mujeres normales y corrientes. Para mí que tienen como una competición clandestina, y cada semana se reparte un premio a "Señora Retorcida de la Semana", valorado en un huevo de Pascua gigante y unas tostadas. Si es que... si te paras a pensar un segundo, ya es difícil encontrar a una mujer que te corresponda. Para que el amor funcione bien tienen que pasar dos cosas: Que el señor esté de acuerdo, y que la señora esté de acuerdo. Y si alguna vez esto no se cumple, siempre es culpa de las señoras. Primera ley fundamental. Esto es así, y lo demuestro de la siguiente forma:

El hombre, como hombre que es, desde los 14 hasta que se muere tiene un deseo imperioso de hacérselo con qualquier mujer. Y la mujer, como mujer que es, desde los 14 hasta que le llega la menopausa, lo que hace es hacer la vida imposible a los hombres que se fijan en ella. Aunque a la mujer le guste el hombre.

Lo voy a describir gráficamente. Un hombre y una mujer se atraen. El hombre es el punto A, y la mujer es el punto B. El hombre, para ir de A a B cogerá siempre el camino más corto, o sea, la línia recta. En cambio, la mujer, para ir de B a A, teniendo la misma necesidad que A para ir a B, cojerá el camino mas largo que pueda, aunque tenga que pasar por otros hipotéticos hombres C y D. Segunda ley fundamental.

En ediciones posteriores la tercera y la cuarta, aún las tengo que pensar.

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