miércoles, 11 de marzo de 2009

Sobre la memoria

Bueno, después de un año menos cinco días de parada, aquí estoy otra vez. De hecho son tres (apuntando alto) los que me leen (bueno, los que me leían) de vez en cuando, pero esto es igual. Me gusta escribir chorradas y está bien que alguien las lea, aunque sean pocos. Bueno, una vez reintroducido en el blog (esque había perdido la contraseña) desearía contarles algo sobre nada. Os animo a intentar adivinar de qé voy a hablarles antes de acabar de leer el texto. Estoy seguro que no lo adivinan. Y es que el hecho de adivinar a veces queda en nada, ya que a menudo pasa que se apuesta por algo, siguiendo una corazonada o lo que sea, pero nunca se llega a descubrir si se ha acertado o no. Las circunstancias cambian, el mundo se mueve y todo eso, y a veces nunca se llega a saber si se ha dado en el clavo, a menudo porque la gente se olvida que ha intentado adivinar algo a los cuatro segundos de haberlo pensado. Esto nos lleva a la memoria humana. Nuestro disco duro funciona por prioridades. Si eres un geógrafo, sin duda recordarás cual es la capital de Namíbia. Si eres un habitante de Namíbia, también tienes muchos números para saber cual es su capital si te lo preguntan. Por otra parte, si tu único vínculo con Namíbia es haber estudiado su capital en el colegio cinco años atrás, para intentar aprobar un examen que sin duda suspendiste, seguramente tendrás problemas para recordar este dato. Y poregunto: ¿Por qué? ¿Por que nos cuesta recordar cosas que usamos poco, y en contrapartida recordamos mejor cosas que usamos mucho? Parece evidente. El cerebro es un músculo más que tiene que ejercitarse. Cada cual ejercita unos datos concretos, y deshecha muchos otros. Por eso nos olvidamos del poco francés que aprendimos en el colegio, o de la capital de Namíbia (la cual nunca te llegaste a aprender, merluzo). Pero hay cosas que aunque no practiques con mucha frecuencia, no se olvidan. Si tu tienes un tío en coma durante diecisiete años tumbado en un sofá, cuando despierte y le dices que ande, el pollo andará. Pero cuando le preguntes la capital de Namíbia, a parte de pegarte un mamporro por no decirle algo más importante como "ha despertado", no tendrá ni la más remota idea. Y esto es curioso. Si la mañana siguiente llevas al tío en coma a montar en bici, el hombre sabrá montar en bici, aunque lleve mucho tiempo sin hacerlo. El menda recordará su nombre, el nombre de las cosas, recordará su idioma, aun las palabras más difíciles y menos usadas. Pero habrá cosas que no recordará. Si tu le preguntas donde coño está el esternocleidomastoideo, te lo dirá. Pero si le preguntas la capital de Namíbia, tendrá serios problemas. Es que al cerebro le cuesta más recordar donde está Namíbia que el esternocleidomastoideo? Pues se ve que sí. Es curioso, ¿no? Reflexionen sobre ello, después de hacer todo lo que tengan que hacer hoy, no vaya a ser que se les olvide algo.

No hay comentarios: